PROYECTO

Un estudio chill en un barrio castizo

UBICACIóN

Madrid

Madrid

54m²

Este coqueto estudio de 54 m², ubicado en el corazón del castizo barrio de Chamberí, en Madrid, es un ejemplo perfecto de cómo el diseño de interiores puede transformar un espacio reducido en un hogar lleno de luz, armonía y personalidad.

El proyecto apuesta por un estilo nórdico con matices mediterráneos, donde los tonos claros, las texturas naturales y los detalles artesanales conviven en equilibrio. La luz natural, que entra a raudales por los ventanales cubiertos con cortinas ligeras, baña cada rincón y potencia la sensación de amplitud.

El salón se organiza con un sofá gris de líneas sencillas, acompañado de cojines en distintas tonalidades de azul que evocan el mar, reforzando el carácter fresco y sereno del ambiente. Sobre él, una pintura de inspiración marina añade profundidad visual y un punto de color suave.

Los muebles, de madera clara y diseño funcional, aportan calidez sin recargar el espacio. La estantería abierta, utilizada como separador sutil, mantiene la conexión visual entre las zonas y contribuye a la sensación de fluidez. La pequeña zona de comedor, con su mesa redonda de cristal y sillas tapizadas, se integra perfectamente en el conjunto, ofreciendo un rincón acogedor para disfrutar de una comida o trabajar desde casa.

El uso de piezas con historia, como el aparador verde envejecido, introduce un toque de carácter y autenticidad, recordando el espíritu tradicional del barrio. Detalles como las plantas naturales y los elementos decorativos en cerámica aportan vida y personalidad al conjunto.

Un pequeño estudio puede convertirse en un refugio elegante y lleno de encanto en pleno Madrid.